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Relámpagos de agosto


Publicado el 11/08/2013 a las 22:00

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¿Qué va a informar el 1 de septiembre el presidente Peña Nieto? No lo sé. Él tampoco. Su
desempeño ha sido visible pero ineficaz. Sale todos los días en la “tele”, pronuncia frases hechas,
arma eventos, manda a traer cada semana a los gobernadores, mantiene su fidelidad al
teleprompter y, sin embargo, los resultados de gobierno son raquíticos.

Confiado en el peso de su imagen y en el margen con el que triunfó en la contienda electoral del
año pasado, Peña Nieto ha mantenido una inercia estrictamente mediática. Su calendario está
plagado de eventos vistosos y hojas arrancadas. Anuncios de proyectos, promesas de buenas
nuevas y sonrisas que disimulan la aflicción de su baja en las encuestas llenan la agenda del
mandatario. Es el hombre del mañana. Hoy no tiene resultados que presumir.

Confiado en la capacidad y lealtad de sus mejores hombres, Miguel Ángel y Luis, relega el
Presidente a un tercer plano al resto de sus colaboradores. La marcha del país confiada a dos
vicepresidencias. Lo suyo, lo de Peña, no es el rigor técnico sino el olfato y la disciplina,
indiscutibles atributos.

A lo largo de las campañas del año pasado y al inicio del nuevo gobierno, las críticas contra la
administración de Felipe Calderón fueron excesivas, desmedidas. Sirvió entonces para alimentar
la esperanza y mostrar cierto contraste. Hoy, agotada la luna de miel, poco a poco se pondera
mejor la gestión del panista y se hace evidente la mala conducción del priísta.

No exagero al afirmar que, con el nuevo gobierno, lo que tendría que subir, baja y, lo que tendría
que disminuir, se incrementa. Es el mundo al revés. En efecto, todos los indicadores relevantes en
materia económica muestran signos de debilidad: crecimiento, empleo, producción industrial,
exportaciones y remesas; mientras que la inflación y la delincuencia van a la alza. Éstos salieron
buenos para criticar y malos para gobernar.

Entiendo que el contexto internacional muestra signos evidentes de desaceleración y que la
delincuencia organizada no es un asunto que pueda aplacarse de la noche a la mañana. Pero la
vulgar práctica de criticar el pasado; de filtrar información a los medios; de asfixiar el gasto
público y de concentrar las tareas de gobernabilidad y seguridad pública en la Secretaría de
Gobernación hablan de una incapacidad y de una soberbia alucinantes. Los magros resultados
están a la vista. Y con la liberación de Florence Cassez, Caro Quintero y la exoneración de Raúl
Salinas de los cargos de enriquecimiento ilícito queda claro que en el nuevo régimen se
privilegian las libertades… pero de los delincuentes. Con ese bagaje llega Peña Nieto a rendir su
primer informe de gobierno a la nación.

Los nuevos comisionados del Ifetel y Cofeco
En ese afán por hacer un evento con cualquier pretexto, pusieron los encargados de sus
producciones mediáticas al Presidente de la República a recibir las ternas de los candidatos a
comisionados de los recién creados Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) y Comisión
Federal de Competencia Económica, el pasado viernes, cual si el hecho mismo tuviera relevancia
alguna. Falta ahora que el mandatario elija a quien habrá de mandar para su probable ratificación
al Senado en los próximos días. Pero no deja de llamar la atención la frivolidad del acto público y,
peor aun, la discrecionalidad con la que el Comité de Evaluación armó las ternas (y conste que la
Constitución habla de que el procedimiento de selección deberá observar los principios de
transparencia, publicidad y máxima concurrencia). Nada se dice al respecto. La opacidad total.
Peor resultó la sorpresiva, como inexplicable, exclusión de Carlos Casasús del proceso de
selección de comisionados para el Ifetel. No llegó ni a primera base. Lo echaron por,
supuestamente, no cumplir con los requisitos mínimos previstos en el artículo 28 Constitucional
aunque, otra vez, el Comité de Evaluación no se tomó la molestia de exponer las razones de tal
absurdo. De cualquier manera, dispone el propio texto constitucional que sus actos y decisiones
son inatacables. En pocas palabras, “háganle como quieran”. Casasús es quizá el más respetado
experto en materia de telecomunicaciones que tenemos en el país, cuya trayectoria es
reconocida a nivel internacional. Y luego no quieren que las sospechas crezcan de que es en el
seno del Pacto por México donde se cocinan realmente estos nombramientos, cual si se
estuvieran repartiendo un botín.

El desastre en la Asamblea del PAN
Una pésima conducción de la 17ª Asamblea Nacional Extraordinaria del PAN y el hartazgo de la
militancia por la falta de liderazgo y apertura de su dirigencia nacional tuvo su más cruda
expresión el sábado pasado. Se logró la reforma a los estatutos pero a un costo altísimo para la
imagen del partido y la cohesión interna. Y la historia no ha terminado. De pena ajena.

Artículo publicado en el Periódico El Universal

http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2013/08/65973.php