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Traidores


Publicado el 03/09/2017 a las 22:00

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El pase automático de Procurador General de la República a Fiscal General está previsto en el
artículo décimo sexto transitorio del decreto de reforma constitucional al 102 publicado en enero
de 2014 y firmado por Ricardo Anaya como Presidente de la Cámara de Diputados. De hecho, esta
enmienda fue aprobada por todos los senadores del blanquiazul y 110 diputados del mismo
partido.

Más aun, el proyecto de legislación secundaria que ratifica el pase automático fue aprobado por
la Cámara de Diputados el 10 de diciembre de 2014 con 96 votos de legisladores panistas,
incluida la suplente de Ricardo Anaya (pues él andaba en campaña). Luego, en octubre del año
pasado, el entonces Senador Raúl Cervantes fue ratificado como Procurador General de la
República con el voto unánime del PAN y el visto bueno de Anaya, con pase automático incluido.

Poco se hablaba de esto hasta que vinieron las notas periodísticas relativas al patrimonio de
Anaya. Entonces él habló de amenazas cuando en realidad El Universal advertía del reportaje por
venir y quería tomar su posición al respecto. De ahí surge un improvisado pronunciamiento en la
Comisión Permanente del PAN para rechazar el fast track. Anaya se envuelve en la bandera del
#FiscalCarnal para victimizarse ante los embates periodísticos, declara una absurda guerra al PRI
y se desata la crisis que estamos viviendo.

En el Senado, al PRI correspondía la presidencia de la Mesa Directiva y sin embargo la ofrece al
PAN siempre y cuando -dijo Emilio Gamboa- la propuesta sea satisfactoria para su propio grupo.

El coordinador del grupo parlamentario del PAN llevó dos nombres de compañeras nuestras a
sabiendas de que serían rechazados. Se lo advertimos. Fue humillante para ellas y a él no le
importó. Gamboa puso sobre la mesa los nombres de Mariana Gómez del Campo y Pilar Ortega.

Herrera dijo no y jamás lo comunicó al grupo. Luego, prefirió mantener una supuesta posición de
dignidad y hasta perder la posición ofrecida con tal de que no llegara Ernesto Cordero, por
instrucciones y fobias de Anaya. Lo que en realidad quería Herrera es que, en la crisis de la
negociación, le cayera a él la presidencia de la Junta de Coordinación Política, también en manos
del PRI.

Herrera pidió a los panistas no acudir al salón de sesiones, no pasar lista, no votar, romperlo todo.
Era una irresponsabilidad y una trampa. Cuatro compañeros decidimos acompañar a Cordero a
registrar su candidatura y votar en la sesión. Logró 77 de los 82 votos emitidos. Estos fueron de
todos los ppartidos, incluidos PT y Morena. En su rabia porque las cosas no les salieron, ahora
hablan de traición y amenazan con expulsarnos por no seguir la línea del grupo y de un supuesto
acuerdo por avalar a Raúl Cervantes como Fiscal General. Así de intolerantes y miopes. Por cierto,
el combate a la corrupción no le corresponderá al Fiscal General sino al Fiscal Anticorrupción
(que no se ha nombrado).

Como se puede ver, tenemos una dirigencia (y fieles escuderos) que mucho se asemejan a la
rancia y fallida presidencia de Roberto Madrazo en el PRI. Amenazas, presiones, obsesiones,
mentiras y traiciones. Actuando así fueron a dar al tercer lugar en las elecciones del 2006. Y para
allá vamos.

Artículo publicado en el periódico El Universal

http://www.eluniversal.com.mx/articulo/javier-lozano/nacion/traidores