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De redes y enredados


Publicado el 26/10/2003 a las 23:00

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No se entiende cómo es posible que, por un lado, el Presidente de la República insista
públicamente en la necesidad de concretar acuerdos políticos para las reformas estructurales
mientras que el Secretario de Gobernación alegue que “cuando hay prisa, hay que ir despacio.
Eso ya lo decía Napoleón en sus batallas…”. Horas después aparecieron las réplicas de Eduardo
Sojo y del Secretario de Energía para precisar que, desde luego, el tiempo apremia.

En el camino, el Senador Manuel Bartlett optó por el insulto y la descalificación hacia los
mandatarios priístas que apoyan la reforma eléctrica llamándolos “blandengues, cobardes y
traidores”, excepción hecha de José Murat, de Oaxaca.

Entretanto, los dirigentes del PRI se baten con quienes, desde el legislativo, espetan que quienes
han de votar y decidir no son quienes encabezan al instituto político sino los congresistas. Los
autoimpuestos candados generados por la asamblea nacional del partido y que limitan,
supuestamente, la capacidad de voto de los diputados y senadores, representan ahora, más que
un motivo de unidad, un tema que divide y enrarece.

Y todo ello sin mencionar el absurdo manoseo para la reelección de Guillermo Ortiz al frente del
Banco de México, o la puntada del jefe de Gobierno del D.F., quien ahora se convierte en justiciero
y pasa por encima del Poder Judicial de la Federación por considerar como “pinches transas” las
actuaciones que han merecido sentencia favorable y que aquél se niega a cumplimentar.

La glosa
Mientras tanto el Secretario de Comunicaciones y Transportes se enfrenta a una áspera
comparecencia en la comisión correspondiente del Senado de la República. Ahí, al tiempo de
presumir los logros que, a su juicio, son mejores que los del primer trienio del sexenio pasado,
tiene que recibir una y otra vez el reclamo de una mejor interlocución y de un mayor respeto al
legislativo.

A la pregunta insistente del porqué de las nuevas cifras oficiales de usuarios de Internet que aquí
dimos a conocer, el titular de la SCT sólo alcanza a decir que se trata de un “cambio de
metodología y que corresponde a una distinta manera de medir, a nivel global, en todo el mundo,
las cosas de Internet”. No es así. Abundemos: en la actualización del INEGI sobre este tema, es
decir, al 13 de agosto pasado, el número de usuarios de Internet en el país, según datos de la
Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), para el año 2002, era de 4`577,000 y no de
10`033,000 como se dijo en el Tercer Informe de Gobierno del Presidente Fox. Más aún. En el
estudio “How many online”, pagina web de la NUA (líder a nivel mundial en investigación sobre
tendencias y estadísticas de internet), muestra para el año 2001 la cifra de tres millones y medio
de usuarios en México, es decir, casi la misma que, hasta el 10 de septiembre pasado, difundía la
propia Cofetel.

Por si fuera poco, en la presentación del doctor Julio César Margain, responsable del programa e-
México dentro de la SCT, en el Foro Sociedad de la Información, celebrado en la UNAM el 21 de
agosto pasado, se habló de que en el país teníamos, al 2002, alrededor de cuatro millones de
usuarios de Internet. Ello sin mencionar la investigación que por su parte hizo Bruno Ferrari y de la
que se desprende que, en el mundo, hay 40 millones de usuarios de Internet de habla hispana
con lo cual México tendría la cuarta parte de ellos, lo que representaría un éxito para el país casi
tan sonado como el de Ana Gabriela Guevara.

No quedó ahí la cosa. Al preguntársele al secretario Cerisola sobre la aplicación de los 750
millones de pesos del Fondo de Cobertura Social en Telecomunicaciones, aprobados desde
diciembre del 2001, simplemente supimos que las convocatorias para licitar tales recursos están
casi listas. Sí, dos años después.

Y para rematar, al ser cuestionado sobre la telefonía rural, lamentó que en el país la única
empresa que tiene compromisos de cobertura social sea Telmex. A su decir,
“desafortunadamente o por las razones que usted quiera, las otras compañías telefónicas al
momento de que se les otorgó la concesión, no se les impusieron ese tipo de condiciones
sociales como contraprestación de la concesión”. Y todavía fue más allá al decir “y yo creo que es
una de las cosas, ya que hablamos de la Ley de Telecomunicaciones, que valdría la pena retomar
para ver hasta qué punto la Cofetel, como órgano regulador, puede imponer nuevas condiciones
a concesiones ya otorgadas en función del interés público”. Algún abogado tendría que aclararle
al Secretario que las únicas concesiones en que se puede cobrar contraprestación, según el
artículo 14 de la Ley Federal de Telecomunicaciones, son las de espectro radioeléctrico y no las
de redes públicas cableadas. En las primeras, invariablemente se estableció una contraprestación.
En las segundas, además, los programas y compromisos de inversión son decisión del solicitante
y no de la autoridad, de acuerdo con el artículo 24 de dicha ley. Y, por lo que hace a las nuevas
condiciones que Cofetel podría “imponer” a las concesiones ya otorgadas, pues valdría la pena
recordarle que las condiciones en un título de concesión se pactan, no se imponen
unilateralmente por el gobierno; y que el artículo 37 bis del Reglamento Interior de la SCT sólo le
faculta a Cofetel a opinar mas no a negociar sobre posibles modificaciones a los títulos de
concesión ya otorgados.

Adiós Corral

Una y otra vez dijo que no iría, pero sí va por Chihuahua. Buena suerte, tocayo.

Artículo publicado en el Periódico El Universal

http://archivo.eluniversal.com.mx/columnas/34512.html